martes, julio 03, 2007

Max Gomez Canle:otoño dorado (y vespertino).

Max es uno de los talentos más justamente difundidos en medios no-especializados.
Su obra es compleja, pero accesible.
Paisajes absortos, ocasos donde el color azafrán- el color del renunciamiento en el Oriente- sin embargo aquí es la luz de la completud lograda en el clima añejo.
Tal vez me animo a relacionar esta magnífica producción con las obras de Nahuel Vecino o Gabriel Grunn:paleta obscura, manejo de tiempo suspendido y disreal, contornos consecuentementes Renacentistas.
Cómo siempre, el ejercicio geométrico, expresado estructuralmente, en interrrelaciones de o entre elementos.Es llamativa la obra-objeto ,un televisor con una montañita, un nido de hornero cónico, por ejemplo?

Bien da una impresión instantánea del aspecto de un templo tailandés, rodeado de buddhas bulliciosos, guiándo las almas de los devotos congregados en medio de las selvas sudasiáticas...
Dentro de lo que yo bautizo cómo "Iconódromo":el paisaje neoyorkino en un ocaso o un amanecer tal vez.
El concepto de templo, siendo continente del mito urbano:es un relato conceptual consecuente con su temperamento escueto y apacible, sin dobleces explicativas.
No hay pretensiones, pero es notable
el trabajo que demuestra los días de estudio serio, seguramente bien documentado e inspirado.

Max ya prometió a PORCHIMENTOS! un reportaje a fondo, así que será muy interesante reportear a éste artista joven y compuesto, cuya calidad de obra debería ser el nivel promedio del Centro Cultural Recoleta.
Y olé!

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